Es necesario
que en estos tiempos la iglesia, enfoque su mirada hacia un segmento de la
población un tanto rechazado, un segmento que sin lugar ha dudas representa el
futuro de mañana, son los niños.
Cuando
observamos los distintos hechos delincuenciales realizados hasta la fecha, más del 85% han sido
realizados por jóvenes en edad productiva o escolar.
Si
observamos nuestros barrios, podemos ver como la deserción escolar, los centros
de prostitución, y los negocios que solo incitan al juego y la corrupción,
están ensayando su territorio, es necesario que la iglesia del Señor prepare
programas especiales de educación y formación en la fe, dirigido de manera
esencial a todos esos niños que de
ambulan por nuestros barrios, muchos de los cuales se debe a una paternidad
irresponsable.
Si hoy no somos capaces de asumir nuestra
responsabilidad, no solo desde el punto de vista espiritual y nuestro lazo con
la Salvación del ser humano, lamentablemente mañana no solo asistiremos a un
escenario espiritual horripilante como es la condenación al fuego eterno del
pecador, si no que en el plano humano sufriremos los disturbios anti sociales,
que como producto de nuestra dejadez hacia los niños, cometerán ellos una vez
su adultez así se lo permitan.