domingo, 10 de marzo de 2013

PERSONAJES DE LA BIBLIA (Débora, la Nodriza)

"Entonces murió Débora, nodriza de Rebeca, y fue sepultada al pie de Betel, debajo de una encina, la cual fue llamada Alon-bacut" (Génesis 35:8). Léase: Genesis 35:1-15 Las Escrituras nos hablan de dos Déboras. Una, en tiempo de Barac, gobernó como profetisa a Israel. La otra, fue el ama de leche de la familia patriarcal de Jacob. Merece nuestra atención el que esta ama de Rebeca sea mencionada en las Escrituras. Tenemos delante la Santa Revelación de Dios. La dio a su Iglesia para vencer a Satán. En este libro se nos habla del destino de cielos y tierra, y con todo, cabe en el relato el referirse a un ama de leche en tiempos patriarcales. Esto es lo que leemos en el versículo que hemos leído. Allon Bacut significa "encina del lloro". Débora sería una sierva de muchos años en la casa. Cuando murió, Jacob había ya regresado con su esposa y los suyos de Padan-Arán a Canaán. Había plantado sus tiendas en Betel. Sus hijos eran ya hombres. El tendría unos sesenta y pico de años para este tiempo, y Débora sería una anciana de ochenta a noventa. Obsérvese la consideración que se tiene a esta antigua sierva en la casa de Jacob. Isaac y Rebeca se la habrían dado a Jacob cuando la familia de éste empezó a aumentar. Probablemente, en la casa de Jacob habría cuidado a José y a Dina. Se había quedado con la familia. Todos la tratarían con cariño y se sentirían apegados a ella. Cuando finalmente hubo sonado su última hora toda la familia está presente en su entierro. Jacob y los suyos la acompañaron a su última morada con lágrimas en los ojos, según vemos en el nombre dado al lugar. Hoy nos hemos librado de la esclavitud. Obsérvese, sin embargo, que incluso en tiempos en que existía esta triste relación entre hombres, Dios inspiraba con su gracia una fe que convertía esta maldición en una bendición: las cadenas de la esclavitud podían ser cadenas de amor. Débora significa "una abeja". Un nombre apropiado para una sirvienta. Un símbolo de actividad, diligencia, tesón. Porque la gracia de Dios convirtió a Débora en un siervo querido y fiel. ¿No es esto un ejemplo hoy para muchos cristianos que sólo trabajan pensando en la recompensa, como la hormiga? En el caso de la sirvienta, Dios inspira en Débora un tierno afecto hacia Jacob, Lea, Raquel y los demás, afecto que es correspondido. No sólo quieren que se les sirva, sino que aprecian y agradecen los servicios prestados. Débora pasa a ser un miembro de la familia. Al morir es como si hubiera muerto uno de los deudos entrañables, como la muerte de un hijo. Como si hubiera sido una hermana de Jacob o de Lea. Aquí también hay una lección. Hoy no existen en el mismo sentido este tipo de relaciones, entre esclavos y dueños, y apenas en siervos y amos. Pero sí existen relaciones en que otros seres humanos pueden ser tratados como objetos, se les saca el provecho y luego se les abandona como si no hubieran existido. Cuando una persona deja de ser útil a la otra se la arrincona, se le pone a un lado: "Hallaremos a otra en su lugar." Este tipo de relación hace imposible la fe. Impide la devoción en el que sirve, lo cual niega la fe. Impide cumplir la responsabilidad del que utiliza los servicios del otro, que cree que ha cumplido al pagar el salario; la fe aquí también es muerta. La relación humana es muerta también: en ella no hay ayuda mutua para el crecimiento de la fe. Preguntas sugeridas para estudio y discusión: 1- ¿Cuál es el significado del nombre Débora? 2- Por lo que se nos dice del entierro, ¿Qué tipo de relación habría entre Débora y la familia de Jacob? 3- ¿Que podemos aprender en este caso en las relaciones que tenemos con otras personas a nuestro servicio?

PERSONAJE DE LA BIBLIA (Daniel)

Significado:(en hebreo) "Dios es mi juez". Nombre propio de tres personajes israelitas, pero aquí mencionaremos dos: 1). Daniel, el cuarto de los llamados «profetas mayores», es el principal personaje bíblico que lleva este nombre, autor del libro que lleva su nombre, muy estimado entre los judíos de todos los tiempos (MT. 24:15), descendiente de la familia real de David (Dn. 1:3), que fue llevado cautivo a Babilonia cuando era jovencito, en el año tercero del reinado de Joacim de Judá (600 a.C.). Fue escogido con tres compañeros suyos —Ananías, Misael y Asarías— para residir en la corte de Nabucodonosor, en donde halló favor como José en Egipto, e hizo grandes progresos en las ciencias de los caldeos, así como en la lengua sagrada; pero rehusó contaminarse comiendo de las provisiones de la mesa del rey, que eran a menudo ceremonialmente impuras para un judío, o estaban manchadas por haber estado en contacto con el culto idólatra. Al fin de unos tres años de educación, Daniel y sus compañeros aventajaron a todos los demás y recibieron buenos empleos en el servicio real. Allí Daniel desplegó en breve sus dones proféticos, interpretando un sueño de Nabucodonosor, por quien fue hecho gobernador de Babilonia y jefe de la clase instruida y sacerdotal. Parece haber estado ausente, quizás en alguna embajada extranjera, cuando sus tres compañeros fueron arrojados en el horno ardiendo. Algún tiempo después interpretó otro sueño de Nabucodonosor, y posteriormente la célebre visión de Belsasar, uno de cuyos últimos actos fue promover a Daniel a un empleo mucho más elevado que el que previamente había tenido durante su reinado (Dn. 5:29; 8:27). Después de la captura de Babilonia por los medos y persas, Darío el Medo, que «tomó el reino» después de Belsasar, le hizo «primer presidente» de unos 120 príncipes. La envidia hizo que formaran el complot para que se le echara a la cueva de los leones, acto que les atrajo su propia destrucción (Dn. 6). Daniel continuó en todos sus altos oficios, y gozó del favor de Ciro hasta su muerte. Durante ese periodo trabajó fervorosamente, con ayunos y oraciones, así como tomando medidas oportunas para asegurar la vuelta de los judíos a su propia tierra, habiendo llegado para ello el tiempo prometido (Dn. 9). Vivió lo bastante para ver el decreto expedido a ese respecto y que muchos de su pueblo volvieran a Jerusalén; pero no se sabe si alguna vez volvió a visitar esa ciudad, por tener entonces (356 a.C.) más de 80 años de edad. En el tercer año de Ciro tuvo una serie de visiones que le pusieron de manifiesto cuál tenía que ser el Estado de los judíos hasta la venida del Redentor prometido; y por las cuales le vemos esperando tranquilamente el término pacifico de una vida bien empleada. Daniel siguió siempre la voluntad de Dios. Tanto su juventud como su vejez fueron igualmente consagradas a Dios. Conservó su honradez en circunstancias difíciles, y en medio de la fascinación de una corte oriental, fue puro y justo. Confesó el nombre de Dios ante los príncipes idólatras, y estuvo a punto de ser mártir, de no haber sido por el milagro que lo preservó de la muerte. 2). Entre los demás personajes que llevaban este nombre de Daniel, la Biblia destaca: El segundo hijo de David, llamado también Quileab (1 Cr. 3:1; 2 S. 3:3). Descendiente de Itamar, cuarto hijo de Aarón. Fue uno de los jefes que acompañaron a Esdras de Babilonia a Judea, y que después tuvo una parte importante en la reforma del pueblo (Esd. 8:2; Neh. 10:6).

PERSONAJE DE LA BIBLIA (Abram ó Abraham)

Significado: (Abram) "el Padre es exaltado". Abram era el nombre primitivo de Abraham ("padre de multitudes", Gn. 17:5), el fundador y padre de Israel, así como de los ismaelitas y de algunas tribus árabes. Ejemplo extraordinario de fe, fue apodado "el amigo de Dios" (2 Cr. 20:7). Su vida es narrada en el Génesis (desde el cp. 11, y. 26, hasta cp. 25. y. 10) y se menciona en el libro de Hechos, capítulo 8:2-8. Fue descendiente de Sem e hijo carnal de Taré. Tuvo dos hijos, Isaac (con Sara) e Ismael (con la sierva de Sara), que dieron origen su numerosa descendencia (Gn. 25:11-19). También, Abraham, después de la muerte de Sara, tomó por esposa a Cetura con quien tuvo seis hijos. Nació en Ur, ciudad caldea. donde vivió con su padre y sus hermanos, Nacor y Harán, y donde se casó con Sarai. Llamado por Dios, abandonó a su parentela idólatra (Jos- 24:2) y se trasladó a Harán, en Mesopotamia, donde murió su padre (Gn. 11:26-32). , A la edad de 75 años se fue a Canaán con su esposa y Lot, pasando por Siquem y Bethel (Gn. 12:1-9). Obligado por el hambre, fue a Egipto, donde hizo pasar a Sarai por hermana suya. Volvió enriquecido a Canaán y con espíritu generoso dio a Lot el fértil valle del bajo Jordán. Luego se estableció en Mamre (Gn. 13:1-18). Entonces Dios renovó su promesa a Abraham (Gn. 13: 15-18). Al volver de rescatar a Lot de manos del rey elamita (Gn. 14:1-6), Melquisedec, sacerdote rey, le salió al encuentro y le dio su bendición (Gn. 14: 17.24). A pesar de haberle sido prometido un hijo (Gn. 15;4), cuando tenía 86 años, Abraham tomó a la esclava Agar y de ella nació Ismael (Gn. 16). Trece años después Dios reconfirmó su pacto con él: estableció la circuncisión como señal y a Abram le puso por nombre "Abraham" (Gn. 17). Abraham intercedió por Sodoma (Gn. 19), viajó por el Neguev y se estableció en Cades y Gerar (Gil. 20). Allí nació lsaac, cuando Abraham tenia 100 años de edad. Luego Agar e Ismael fueron echados de casa. Por ese mismo tiempo Abraham hizo pacto con Abímelec, asegurando los derechos de éste en Beer seba (Gn. 21). Después de veinticinco años, Dios probó la fe de Abraham ordenándole que sacrificara a Isaac, su hijo y heredero de la promesa (Gn. 22). Doce años después Sara murió y fue enterrada en Hebrón. Rebeca, nieta de Nacor, el hermano de Abraham, fue escogida como esposa de Isaac. Regaló "todo lo que tenía" a Isaac, dio a los hijos de sus concubinas, y a los 175 años murió. El puesto que Abraham ocupa en la historia bíblica es único. Jehová se reveló a Moisés como "el Díos de Abraham", y esta expresión se usa en las Escrituras desde Isaac en adelante. En el Nuevo Testamrnto es antecesor reverenciado de Israel (Hch. 13: 26), del sacerdocio levítico (Hch, 7:5) y de! mismo Mesías (Mt. 1:1). Todo lo que Abraham recibió por la elección divina lo hereda su simiente: la promesa (Ro. 4:13), la bendición (Gá. 3:14), la misericordia (Lc. 1:54), el juramento (Lc. 1:73) y el pacto (Hch. 3:25). La unidad de los hebreos como hijos de Abraham se presenta como analogía de la unidad de los creyentes en Cristo (Gá. 3: 16, 29), pero Juan el Bautista (Mt. 3:9) y Pablo (Ro. 9:7) refutan la idea de que la descendencia racial supone bendición espiritual. Abraham depositó su fe en un solo Dios (en contraste con el politeísmo de sus antecesores, Jos. 24:2), creador de los cielos y la tierra (Gn. 14 :22), juez justo y soberano de las naciones y de toda la tierra (Gn. 15: 14; 18:25), eterno (Gn. 21:33) y exaltado (Gn. 14:22). Atribuía a Jehová justicia y misericordia (Gn. 19:19). Aceptó el juicio de Jehová (Gn. 18:17; 20:11) y sin embargo intercedió por Ismael (Gn. 17:20) y Lot (Gn. 18:27-33). Se mantuvo en intima comunión con Dios (Gn. 18:33; 24:40) y se distinguió por ser "amigo de Dios. (Stg. 2: 23). Su fe se demuestra por la obediencia al mandato divino de: 1) salir de Ur (Gn. 11:31; 15:7; Hch. 7:24); 2) trasladarse de Harán a la tierra de promisión (Gn. 12:1-4): 3) sacrificar a su único hijo, confiando que Dios podía incluso levantarlo de los muertos (Gn. 22:12, 18; He. 11:19). Su amor a los demás se ve en su generosidad (Gn. 13:9; 14:23), su fidelidad y su hospitalidad (Gn. 18:2-8; 21:8). Mostró valor ante sus enemigos (Gil. 14:15), pero cobardía al anteponer la seguridad de su propia vida al honor de su esposa (Gn. 12:11-13; 20:2-11). Acontecimientos más relevantes en la vida de Abraham. Nacimiento (Gn. 11:26). Matrimonio con Sara (Gn. 11:29). Emigra con su familia de Ur hacia Harán y el occidente (Gn. 11:31). Llamado por Dios (Gn. 12:1-5). Desciende a Egipto (Gn. 12:10, 13, 20). Se separa de Lot (Gn. 13:7-11). Dios le renueva su promesa (Gn. 13:1418). Corre en ayuda de Lot (Gn. 14:14). Alianza con Dios (Gn. 15:17, 18; Sal. 105:9). Cambio de nombre, circuncisión (Gn, 17)- Anfitrión de los ángeles (Gn. 18). Intercede en favor de Sodoma (Gn. 18:23). Expulsa a Agar y a su hijo Ismael (Gn. 21:14) Hace a Dios el sacrificio de Isaac (Gn. 22). Compra Macpela (Gn. 23). Busca esposa para Isaac (Gn. 24). Su descendencia comienza en Isaac (Gn. 25:8). Otra descendencia (Gn. 25). Su fe se refleja en el Nuevo Testamento (He. 7:2; 11:8-17; Stg. 2:23).

PERSONAJE DE LA BIBLIA (ELISEO)

ELISEO = «Dios es salvación» (la forma castellana se deriva del griego «Elisaios» de Lc. 4:27, no del hebreo «Elicha»). Sucesor del profeta Elías en el reino del norte. Hijo de Safat; vivía en Abel-Mehola, en el valle del Jordán, y pertenecía a una familia de buena posición económica; eran propietarios de 12 pares de bueyes que laboraban en sus campos. Dios lo designó como sucesor de Elías que, al encontrarlo tras el arado, echó sobre él su manto (1 R. 19:16, 19). Eliseo comprendió el significado de este gesto simbólico. Volviendo a los suyos, ofreció un sacrificio y dio a su gente un festín de despedida, y después siguió a Elías y le sirvió (1 R. 19:19-21). Elías, antes de ser arrebatado, cruzó el Jordán, y Eliseo rehusó separarse de él. Elías le dijo que pidiera lo que quisiera. Entonces Eliseo tuvo la sabiduría de solicitar una doble porción de la sabiduría de Elías. Vio cómo el carro de fuego arrebataba a su amo; tomó el manto que Elías había dejado caer, y con él golpeó el Jordán, el cual se abrió. Eliseo atravesó el río, y pasó a la ribera occidental (2 R. 2:1-18). Una serie de hechos sobrenaturales marca la carrera de su ministerio: milagros de conocimiento, o milagros de poder, todos ellos cumplidos expresamente en nombre del Señor. En la historia de la redención, forma parte del segundo grupo de milagros. Los milagros de Eliseo tuvieron lugar en una época en que la religión de Jehová estaba enfrentada de una manera total contra el culto a Baal. De la misma manera que los milagros de Elías, los de Eliseo tenían el propósito de manifestar la autoridad del profeta y de presentar al Dios viviente. Este poder sobrenatural de Eliseo era de tal manera que podía usarlo libremente; de la misma manera que Cristo lo empleó frecuentemente en sencillos actos de misericordia. En nombre del Señor: sanó con sal las aguas de la fuente de Jericó (2 R. 2:19-22). Unos muchachos que se burlaban de la persona del profeta del eterno recibieron una maldición de Eliseo en nombre del Señor. Dos osos descuartizaron a 42 de estos jóvenes (2 R. 2:23-25). Predijo el éxito de la expedición en contra de Moab (2 R. 3:11-27); multiplicó el aceite de una viuda (2 R. 4:1-7); anunció el nacimiento de un hijo a una sunamita; cuando este hijo murió, la oración de Eliseo lo reclamó a la vida (2 R. 4:8-37). Él indicó un antídoto contra la planta venenosa que estaba en el alimento de los profetas (2 R. 4:38-41). Durante una hambre, el profeta alimentó a 100 hombres con 20 panes de cebada y algunas espigas nuevas (2 R. 4:42-44). Ordenó a Naamán que se bañara en el Jordán para sanarse de la lepra (2 R. 5:1-19), y anunció a Gizei que esta lepra se quedaría pegada siempre a él debido a su codicia (2 R. 5:20-27). Hizo flotar a la superficie del Jordán el hierro de un hacha que había caído al río (2 R. 6:1-7), y reveló al rey de Israel los movimientos e intenciones de sus enemigos, los sirios (2 R. 6:8-12). En respuesta a la oración de Eliseo, el Señor abrió los ojos de su siervo para que viera los carros y caballos de fuego que los protegían (2 R. 6:13-17). Eliseo hirió de ceguera a los hombres que el rey de Siria había enviado para que lo detuvieran (2 R. 6:18-23). Declaró, antes de que se lo dijera nadie, que un emisario del rey de Israel estaba a la puerta para quitarle la vida (2 R. 6:32, 33). Durante el hambre del cerco de Samaria, predijo que al día siguiente los víveres serían abundantes y baratos, añadiendo que el oficial incrédulo, que se burló de esta profecía, lo vería pero no lo disfrutaría. Una multitud aplastó a este oficial, que murió ante la puerta de Samaria (2 R. 7). Eliseo hizo saber que Ben-adad, rey de Siria, moriría (2 R. 8:7-15). Anunció la destrucción de Acab y de toda su casa; envió a un joven profeta a que ungiera a Jehú, que debería ejecutar el juicio predicho (2 R. 9:1-10:28). Eliseo reveló por adelantado que habría 3 victorias sobre los sirios (2 R. 13:14-19). Murió durante el reinado de Joas, lamentado por el pueblo y por el Rey (2 R 3:14-20). Todavía despues de muerto se produce un milagro, cuando un cadáver que había sido arrojado apresuradamente en la tumba de Eliseo volvió a la vida al tocar los huesos del profeta (2 R.13:20, 21).

Los jóvenes y su relación con Dios

En camino hacia Dios Indudablemente todos caminamos en el conocimiento de Dios. Nadie está exento de esta realidad y todos hemos oído hablar de Dios, incluso aquellos que dicen no creer en Él. En todos los hombres existe una oculta o clara necesidad de un ser supremo. La hay en la gente sencilla y la hay en los estudiosos, en los sabios. Dios existe porque de otro modo no podríamos explicar el admirable orden del universo; existe puesto que es la única respuesta a las cosas que la capacidad intelectual del hombre no llega a comprender; existe porque hay en nuestro corazón un anhelo innato de felicidad que no es posible satisfacer plenamente en criatura alguna. La juventud, buscadores de Dios Los jóvenes forman parte de aquellos que buscan el contacto con Dios, y muchas veces son ellos quienes lo hacen con mayor ahínco, dado las características propias que se presentan en esta etapa de vida. La juventud actual sigue teniendo apertura a lo trascendente a pesar de los grandes obstáculos que se le presentan. Tal apertura se manifiesta de diferentes maneras, especialmente cuando se busca la solución a las angustias, a los problemas de autoestima, de identidad, de integración social, de búsqueda del sentido de la vida, del futuro mismo… Para muchos jóvenes Dios es aquel que brinda una amistad verdadera e imperecedera, un padre que nos ama y protege, una fuerza que ayuda a seguir adelante y en quien se puede confiar siempre. Para muchos otros, Dios sigue siendo una idea vaga e innecesaria para la forma de vida actual. Cómo se relacionan los jóvenes con Dios Antes que nada debemos tener en consideración que los jóvenes son muy distintos unos de otros. No podemos generalizar un tipo de relación con el Creador para toda la juventud. La relación joven-Dios varía de acuerdo a cada persona. Depende de la historia de vida, del contexto en el que vive, de la educación que ha tenido, etc. Habrá pues que dividirlos en categorías para entender las diferentes formas en ellos se relacionan con Dios: Los primeros son aquellos que no tienen ningún interés especial en los valores espirituales, en la religión o en las cuestiones sociales; aquellos que viven simplemente su vida, consumen, miran sólo el éxito y la diversión. Ellos tarde o temprano se toparán con la necesidad de Dios y tendrán que iniciarse en la fe, en la confianza, en la gratitud. La juventud actual sigue teniendo apertura a lo trascendente a pesar de los grandes obstáculos que se le presentan Los segundos son aquellos que acuden a lo espiritual esperando encontrar algo que en otras partes no encuentran. Siempre se hayan en continua búsqueda. No se satisfacen con nada porque no logran adherirse al Creador, a pesar de que continuamente estén rondando por las vías que conducen a Él. Los terceros son los que ejercen los valores y están interesados en cuestiones sociales (justicia, humanidad, solidaridad…) pero se sostienen al margen de lo espiritual –a final de cuentas terminarán dependiendo de la fuente que sustenta a los mismos principios en los que creen: Dios. La cuarta categoría son aquellos que acuden a los actos espirituales en búsqueda y conocimiento de su Creador, aquellos que buscan el camino para cumplir la voluntad de Dios. Los que reconocen, por gracia de Dios, el fin último para lo que fue creado el ser humano. Los últimos son los que creen en un Dios castigador, injusto. Aquel que permite el mal en el mundo. Estos no comprenden el porqué de la existencia del dolor, la opresión, el hambre… Tienen una visión dual de Dios, evitan su contacto. Estos últimos, en la marcha de la vida, irán dejando la imagen perversa de Dios para llenarse del Dios de la vida y harán su camino de integración personal. Los principales obstáculos para vincularse con Dios Probablemente los jóvenes vivan una relación personal y recíproca con Dios. Pero toda criatura está expuesta a la falta o miedo a la vinculación con el Creador. Hoy vivimos en una cultura que excluye toda forma de interioridad y crecimiento espiritual. Se promueve lo superficial y perecedero, el placer inmediato. Factores a los que la juventud actual tiene que enfrentarse con mayor fuerza. Los medios de comunicación, la propagación del consumo, lo inmediato… debilitan la fuerza humana para tomar decisiones y la capacidad de vincularse con Dios. Qué necesitan los jóvenes hoy Se necesita rescatar la formación activa de la propia vida, el deporte, la meditación, el cultivo de amistades, la capacidad de ponerse límites a sí mismos. Se necesitan sustituir momentos de televisor por momentos de convivencia con amigos o familiares; sustituir el consumo excesivo de productos innecesarios por la participación en servicios sociales; se necesita el desarrollo de la personalidad… y esto sólo se logra a partir de la educación, de la aceptación y disponibilidad para las necesidades de los jóvenes. Todo ello con el fin de la fortaleza y salud psíquica, la apertura y el establecimiento de una relación sana con Dios. Mientras los jóvenes tengan las posibilidades de conocerse a sí mismos, de saber los objetivos y anhelos de su vida, de conocer el lugar que ocupan en el mundo, estarán descubriendo la voluntad que Dios quiere para ellos y establecerán vínculos con aquel que quiere la felicidad para ellos